El trabajo fue encargado por el ministro del Interior Joaquín V. González, como parte de una estrategia para responder a los nuevos desafíos que planteaba la llamada Cuestión Social. Esta 'cuestión social' fue definida por el historiador Eduardo Zimmerman como “el conjunto de consecuencias sociales del proceso de inmigración masiva, urbanización e industrialización que transformó al país”. Esta transformación concitó una serie de discusiones en torno al Estado y su relación con la sanidad y salud pública, la criminalidad urbana, la protesta obrera y las corrientes ideológicas que desafiaban la validez de las instituciones vigentes.
Desde el Estado se entendía que uno de los problemas más urgentes, ante los estallidos sociales de diferente intensidad que se habían producido desde finales del siglo XIX, eran las injusticias laborales y sus consecuencias para la vida cotidiana. Diferentes tipos de huelgas y atentados anarquistas sacudieron las estructuras socio políticas del país, y ante ellos, dentro de la propia elite política, un sector de liberales reformistas sostenía que el liberalismo puro no era capaz de hacerle frente a los nuevos y acuciantes problemas sociales. Este grupo, entre los que se encontraban Joaquín V. González, Carlos Pellegrini e intelectuales como Ernesto Quesada y Miguel Cané, se acercó a los socialistas moderados como José Ingenieros y Leopoldo Lugones entre otros.
(Foto: Bodega barrauero toneleria, en Mendoza, año 1903).
El diagnostico de Bialet Massé
El ministro del interior ansiaba una reforma legislativa pero necesitaba un diagnóstico real sobre el contexto en el que se encontraban los trabajadores. Para eso se le encargó al médico y abogado, Juan Bialet Massé, un reporte sobre las provincias, mientras que a Pablo Storni se le pidió lo mismo sobre la Capital Federal.
El Informe de Bialet Massé se publicó en un compendio de tres voluminosos tomos sobre las condiciones a las que estaban expuestos los asalariados. Es un estudio exhaustivo de la realidad imperante para hombres, mujeres, niños, indígenas y extranjeros en los diferentes ámbitos laborales del interior del país. Su crudeza atacaba las estructuras económicas del momento.
Sin vueltas, Bialet sostenía: "No se ocultan las llagas… a la vista del cirujano es preciso presentarlas en toda su desnudez... para aplicarles el remedio más conveniente".
(Foto: el doctor Juan Bialet Massé. Nació en España, en el año 1846, y murió en Argentina en el año 1907).
Nace la Ley Nacional de Trabajo
Luego de estar publicado el informe, y usándolo como base, el ministro del interior elaboró la Ley Nacional de Trabajo y la presentó ante el Congreso Nacional el 4 de mayo de 1904. La misma estaba al nivel de las legislaciones más avanzadas del mundo, pero fue rechazada tanto por los sectores industriales como por diversos gremios. Era demasiado extrema para unos y restrictiva para los otros.
A lo largo de la década siguiente, algunas de las reformas incluidas en el proyecto fueron saliendo paulatinamente: el descanso dominical, la restricción de la jornada, el Departamento Nacional de Trabajo, los tribunales arbitrales, los seguros por accidentes de trabajo, medidas de seguridad e higiene en las fábricas. Estas leyes que no siempre se cumplían fueron importantes en la medida que iniciaron el camino de reconocimiento de los derechos laborales.
La exhibición del Museo Roca cuenta con un ejemplar original firmado del Informe de Bialet Massé, un estudio que todavía tiene gran vigencia en mucho de su contenido.
Más información
Podés descargar el informe completo en este link.