En artículos anteriores les contamos la forma en que las tejedoras indígenas plasmaban la cosmovisión de sus pueblos en los tejidos. Del mismo modo que sucede con los textiles, los plateros reflejaban sus concepciones religiosas y sociales en los objetos de plata que intervenían. Un bien muy preciado en estas comunidades hasta el día de hoy.
El trabajo de objetos de plata era desempeñado casi exclusivamente por los hombres. La mayoría de las piezas que se hacían eran adornos que se incorporaban en los diversos tejidos realizados por las tejedoras.
Entre los siglos XVIII y XIX, era común que los caciques de mayor prestigio tuvieran plateros que le confeccionaban diversos objetos como vajillas, la decoración para los caballos y diversos elementos decorativos femeninos. De este modo, los bienes decorados con platería daban prestigio y se reservaban para momentos importantes. Les dejamos a continuación el testimonio de una persona mayor sobre estas circunstancias especiales: “En los tiempos de los toldos se hacían fiestas grandes cuando cumplían 15 años las chicas. Tenían que estar 4 días adentro del toldo. Las preparaban a las chicas, salían vestidas. Les ponían toda la plata que había en los rebozos. De todo, Tupu (prendedor), pulseras, anillos, todo de plata”. (Abuela Neihual, 2009. Entrevista realizada por la antropóloga Elizabeth Moreno. Noviembre 2009).
