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Museo Roca - Instituto de Investigaciones Históricas

La historia de las bebidas y la gastronomía ganan espacio en el Museo

Tras el éxito del taller Cervezas con historia, que agotó todas sus ediciones durante el 2019, este año se sumará "La historia de nuestros vinos", que buscará recorrer el pasado y el presente de la bebida más emblemática de nuestro país.

El 2019 –y el Museo- estuvieron llenos de novedades para todos los fanáticos y las fanáticas de la cerveza: en colaboración con Brew Republic, una de las cervecerías más emblemáticas de La Recoleta, se realizaron seis ediciones del taller “Cervezas con historia”, en las que, a lo largo de 90 minutos, los participantes recorrían los orígenes y el presente de la bebida y, además, disfrutaban de una cata y degustación en los talleres de Brew. En total, fueron más de 200 las personas que se fascinaron con una propuesta inédita en la historia de nuestra institución y de los Museos Nacionales.

Para que los –cada vez más- amantes del vino no tuvieran nada que envidiar, ya se puso en marcha la pre-producción de La historia de nuestros vinos, un nuevo taller interactivo en el que se realizará un recorrido por la historia de la industria vitivinícola en nuestro país, cuyo despegue tuvo lugar a fines del siglo XIX. Durante la primera presidencia de Julio A. Roca, se realizó la primera Exposición Interprovincial, que coincidó con la expansión del Ferrocarríl Andino, donde se presentaron destacadas producciones de la industria vitivinícola mendocina. Y en 1897, sobre la base de los avances que había impulsado Domingo F. Sarmiento, se fundó la primera escuela de vitivinicultura en Mendoza. Se describirán los procesos de producción de los principales productores.

En estos encuentros se tratarán también los diversos cepajes argentinos y finalmente, se brindará a los asistentes la posibilidad de realizar una cata y degustación de vinos de primera calidad.

De esta manera, el Museo se pliega a una tendencia que pisa cada vez más fuerte en Buenos Aires: el consumo del vino y el interés por su producción y origen, complementado por la apertura de nuevas vinotecas y bares. La Recoleta, sin dudas, se ha convertido en uno de sus epicentros y el Museo, poco a poco, se transforma en uno de los espacios culturales destacados de la zona.