Migraciones y cambios en las viviendas indígenas

  En artículos anteriores hemos visto que ciertos grupos indígenas, como los tehuelches, vivían en toldos en épocas de fronteras y se desplazaban en forma estacional. Sin embargo, distintos acontecimientos entre los que se destacan las campañas militares obligaron a muchos grupos que escapaban de las guerras a migrar hacia el norte. Así varios de los antepasados de los pobladores actuales de la zona septentrional del Chubut llegaron allí en aquellas épocas. Podemos mencionar como ejemplo a la reserva “Quilchamal” o “del Chalía”. 

  Terminadas las campañas militares, a ciertas comunidades indígenas les fueron entregadas tierras a través del Poder Ejecutivo Nacional a título precario. Así, el cacique Manuel Quilchamal recibió, en 1916, 60.000 hectáreas en el hoy departamento del Senguer. Allí habitaron 34 grupos familiares. En los últimos 100 años estas tierras se redujeron a poco menos de 34.000.

  En los primeros años en la reserva aún se movían estacionalmente. Sin embargo sus pautas de poblamiento se modificaron junto con sus medios de vida. Hombres y mujeres salieron a trabajar por fuera de la comunidad como peones de estancias, domadores o cocineras. Los informes de Comisionados indican que si bien seguían teniendo sus toldos ya aparecían al lado de éstos casas de adobe. Sin embargo, luego de 1930 no se vuelve a mencionar la existencia de toldos. 

  En su distribución interna, las pequeñas casas de adobe no eran muy diferentes de las tolderías: el fogón, las matras y quillangos (mantas hechas de piel) para acostarse y abrigarse y la ropa colgada en un palo que iba de pared a pared, son algunos de estos parecidos. Del mismo modo, estas casas estaban orientadas hacia el este al igual que los antiguos toldos.

  Seguiremos profundizando más sobre estos temas en las próximas publicaciones. ¡No te lo pierdas!