A mediados del siglo XIX, distintas enfermedades causaban estragos en la República Argentina, sobre todo la viruela. Las políticas de inmunización, como otras tantas acciones estatales, implicaron debates en relación a la legitimidad de la intervención pública en ámbitos que se consideraban privados, como la salud y el propio cuerpo. Como todavía sucede hoy, las campañas de vacunación fueron resistidas por diversos sectores sociales y grupos religiosos, incluso también por médicos y académicos.
Desde la década de 1870, las nuevas corrientes sanitarias higienistas sostuvieron que el cuerpo dejaba de ser solo incumbencia del individuo para pasar a ser un ladrillo de la salud colectiva. Varios médicos, entre ellos Justo Meza, Lucio Meléndez, Emilio Coni y Juan Díaz abogaron por legislar sobre la “variolización” masiva, pero no encontraron eco en el Congreso Nacional.
Sin embargo, con el aumento del hacinamiento de la población, debido a las escasas respuestas habitacionales que se dieron ante la inmigración masiva, la cuestión sanitaria se volvió urgente. El aumento de víctimas mortales aceleró la obligatoriedad de la vacunación y en poco tiempo la salud pública se volvió una política de estado.

(Foto: el médico, la madre los niños en un conventillo durante la vacunación domiciliaria contra la viruela).
La vacunación en el Roquismo
En ambos gobiernos de Julio A. Roca se impusieron avances sobre la salubridad e higiene, aunque la lucha contra las enfermedades contagiosas siempre fue una política compleja. Se utilizaron medios materiales e institucionales para mejorar la salud pública. La obligatoriedad de la vacunación fue aprobada en 1886 en la Capital y en 1904 en el resto del país. Para implementarla, se articuló el accionar de diversos ministerios para aumentar la eficiencia y eficacia de la vacunación en la población.
Por esos años, también se tomaron medidas propias del ámbito de la salud como el incremento del plantel médico, la reforma institucional sanitaria y la creación nuevas dependencia como el Departamento Nacional de Higiene (1880), la Administración Sanitaria y la Asistencia Pública porteñas (1883).
(Foto: médicos y enfermera atendiendo a niños. Kraft, año 1900).