Museo Roca - Instituto de Investigaciones Históricas
Veranos del Ayer
Para conocer qué se hacía en la época estival en el pasado.
Las sierras de Córdoba, en la actualidad, son un destino muy importante para pasar el verano. Como en otros destinos, fueron las elites las primeras que llegaron a estos lugares para descansar y pasar sus vacaciones.
En 1912, la pluma de Miguel Ángel Cárcano dejó un relato animado, colorido y lleno de imágenes del verano, como época de descanso vacacional en las sierras. Miguel Ángel formaba parte de una familia cordobesa encumbrada, su padre Ramón sería elegido ese año gobernador de la provincia.
En esos tiempos, las élites disfrutaban de largas temporadas estivales en sus estancias, este recuerdo juvenil nos acerca una postal de las prácticas diarias de la época. El día comenzaba temprano: realizaban paseos por el parral, seguidos por una lectura en la larga galería de la casa colonial de la estancia “La Granja”, una de las más hermosas de la sierra de Ascochinga.
Las visitas constituían otro ritual tanto social como político. Cárcano resalta la realizada por Julio A. Roca. El entonces expresidente, pasaba el verano poniéndose al día con las tareas rurales de su estancia “La Paz”, cercana a "La Granja". Se sabe que la conversación amena y constructiva, derivó en un tema de gran relevancia incluso hasta hoy: el turismo. Roca le transmitió a Ramón Cárcano: “...Si Ud. alcanza a construir la red de caminos que proyecta, convertirá la sierra en un emporio de riqueza y en centro de turismo. Lo que hicieron los ferrocarriles en la pampa, lo harán los caminos en la sierra”.
Hoy los caminos serranos unen los valles para ofrecer itinerarios de ensueño que otros proyectaron, recorrieron e hicieron posibles para todos.
En noviembre de 2020 se cumplió el vigésimo aniversario de la declaración del Circuito Jesuítico de Córdoba como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Éste comprende cinco estancias: la Casa de Caroya (1616), las estancias de Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643) y La Candelaria (1683).